Promover leyes realmente equitativas eliminando la misandría y la misoginia del sistema judicial y del ordenamiento jurídico, con penas iguales para hombres y mujeres, igualdad en la estabilidad laboral y el tiempo requerido para pensión tanto para hombres como para mujeres, y, mayor igualdad en temas de derecho de familia garantizando que los niños queden a custodia no de su madre por norma general sino de aquel que lo pueda cuidar mejor independientemente de su género. Para ello desde el Gobierno y la legislatura se puede promover una agenda de auténtica equidad de género donde de una vez por todas se logren cerrar las brechas de género y se logre una mayor cohesión social que nos permita concentrarnos en el control político y el manejo de los recursos públicos tanto a nivel territorial como a nivel nacional.
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