Dentro de las comunidades populares existen líderes culturales y tradiciones que se deben perdurar. Esto por la memoria artística y social que despierta en las nuevas generaciones el sentido humano de hacer un arte.
Las casas culturales son espacios de educación, convivencia, creación, integración e incluso turismo. Es necesario despertar en los niños y jóvenes el interés por las culturas del país, donde el arte libere talentos.
En barrios populares de ciudades y municipios es necesario quitarle jóvenes a la delincuencia y el ocio. Por medio de lugares recuperados por las administraciones locales, podrían designarse salas de enseñanza de lenguas aborígenes, música, danza, teatro, artes plásticas, culinaria y más. Con el programa de voluntariado y generando eventos periódicos abiertos al turismo y el mantenimiento de la infraestructura por la junta comunal se puede aportar al financiamiento de la casa cultural.
Ejemplo son las Casas de Barrio en países como suiza donde integra migrantes, niños y jóvenes e incluso genera empleo, alquiler de espacios a costos asociativos abiertos al público, apoyando colectivos locales que proponen actividades, festivales, proyección de filmes o conciertos.
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