Conversando con amigos del cono sur pude comprobar que nada puede ser más increíble que nuestra propia realidad, me enfrenté a la enorme dificultad de contar nuestra historia y lograr que mis amigos la creyeran, sucedió cuando les comuniqué que el gobierno de mi país había decretado una medida para incentivar la compra masiva de electrodomésticos en días en los que el sentido común ordena el distanciamiento físico para preservar la vida.
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