Acerca de T. (2'015)
Acerca de T.
Preguntándole a T., que si me vendía un poco de tabaco para fumar, ya que con anterioridad otro Kogui me dijo que vendía, pero que en el momento no tenía, sino que debía caminar aproximadamente cuatro días hasta llegar a su casa allá en la Sierra, y después cuatro días bajando, pero resulta que T. no entendía a qué tabaco me estaba refiriendo y por eso él lo estaba confundiendo con el tabaco de marihuana, entonces yo le dije que no, que no le estaba pidiendo marihuana, sino: hoja de tabaco; entonces T. entendió y me contestó que no, que de esa no vendía ni tenía, pero que marihuana sí, entonces siguiendo el juego le dije que no, que de esa no sino que de tabaco, y bueno, él me contaba una anécdota, acerca de que ya no quería vender marihuana porque los hippies o algunos hippies subían a la Sierra preguntando por T. para que T. les vendiera marihuana y por eso el Mamo se enteró que T. andaba vendiendo maracachafa y por eso lo mandaba a buscar al pueblo con los comisarios para castigarlo por algunos días. Pensar que T. es como un jíbaro, claro, pero como el campesino jíbaro de Puerto Rico, y me hablaba T: "Yo caminar por el pueblo y los hippies buscarme y gritarme de que si yo tener marihuana, yo decirles que yo no vender marihuana, porque después la demás gente darse cuenta que yo vender marihuana. Así no, los hippies no saber preguntarme". Queriéndome decir, de que así no se puede vender, porque qué tal algunos hippies preguntarle a uno a vox populis que si uno tiene marihuana para vender, una manera de boletearlo, y claro, con toda razón toca negar que uno no vende, porque qué tal entregarle la marihuana en la calle donde transcurren todos los habitantes del pueblo; esto es para que usted analice querido lector la sagacidad de T. Es que la inteligencia es una sola (Aunque esta parte genera controversia, más adelante expondré a que me refiero cuando afirmo de que la inteligencia es una sola, ya que se presta para tergiversación de algunos personajes que ostentan sus estudios universitarios). Y T. es un Kogui que vive en Jumandita, allá en la Sierra. Me dijo que él cultiva la maracachafa, que tiene sembrada una mata bien grande, quizás quiso decir que tiene varias, tiene pensado vender la mitad por cincuenta mil pesos, aunque ese dinero es poco para la cantidad que él venderá, pero bueno, para él cincuenta mil pesos es ser rico. También me preguntaba por qué yo no fumo marihuana si la marihuana es buena, le contesté que eso había quedado en el pasado. Así que sacó su jayo y poporo y empezó a mambear, observé que su poporo estaba más grueso, es decir: ha dejado muchas ideas ahí plasmadas, yo también cogí un poco de jayo combinándolo con el polvo de la caracucha, así por primera vez me daba cuenta que el cal de la caracucha ayuda extraer toda la esencia de la hoja de coca, porque lo quema en la boca y por ende tu boca comienza sentir un adormecimiento, a su vez también como buen principiante tu boca se quema y si alguna bacteria queda viva en tu boca es porque tiene mucho poder; luego que la hoja se deshizo en la boca me dejó los nervios muertos, haciéndome recordar cuando de pequeño iba donde el odontólogo a sacarme las muelas y me inyectaba anestesia. T. afirmaba que esa combinación es más rica que con el jayo solo, y es verdad, pero es mejor hacerlo de vez en cuando y de cuando en vez, porque o sino se te caerán todos los dientes y se te quemarán los labios.
El Escribidor de La Loma del Diamante.
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