Como Ayudante del Albañil... 2'016...
Como Ayudante del Albañil...
Estaba ahí a pleno medio día preparando la mezcla, echando primero las latas de arena para repellar la pared y, luego le echó la bolsa de cemento de cincuenta kilogramos; aquella pared que antes el albañil había levantado con ladrillos de esos que hacen con arcilla, que parecen que lo metieran al horno, así como hacen las masetas o macetas que yo tengo, donde tengo sembrada mi mata de coca, y de toronjil, y de orégano, entre otras, sí, luego la revolvió y revolvió con la pala que le prestó la vecina, después le hizo una boca como forma de volcán, y él se deleitaba haciendo la boca del volcán al cemento revuelto con la arena, ¡ah! Pero antes la arena hubo que cernirla con un cernidor improvisado, para sacarle las chinas o pequeñas piedras que obstaculizan la buena realización de un repello, esa misma china cernida sirve para ser usada cuando se necesite realizar una mezcla en concreto, sí, ese concreto con el que hacen las columnas, vigas y plafones o piso en concreto, concreto porque es algo sólido, algo consistente, así como cuando usted no es concreto en sus palabras y se pone a decir una cantidad de perífrasis, por eso su argumento cae, porque no es concreto.
Y siguiendo el proceso, le echó el agua donde le hizo la boca de volcán, y con la pala fue meneando y meneando, y se deleitaba observando cómo se asemejaba aquella boca de volcán llena de agua: a una laguna. Y luego se fue haciendo la mezcla que es como una base, o es una base hablando químicamente, porque se mezclaron los sólidos y los líquidos, o el líquido, y se hizo una masa maleable lista para ser tirada en la pared por el experto, un maestro de obra empírico que ha trabajado con Ingenieros y Arquitectos en grandes construcciones de edificios, es una manera de estudiar sin necesidad de leer, sino que con la instrucción que le brindan aquellos que estudiaron, porque es que el albañil más o menos calcula cuánto debe llevar una base en cemento, varillas, chinas, arena, sin embargo, de todas maneras hay que dejar que los expertos calculen, o como diría un viejo refrán: “Cada loro en su estaca”, sí, porque los Arquitectos e Ingenieros no saben usar el pa’lustre, o para-lustre, o como dicen los maestros de obra en castellano vulgar: “El pa’laustre”, pero eso no importa, así la lengua se nutre y evoluciona; sin embargo el albañil usa sus conocimientos empíricos y si es creativo e inteligente puede ser un buen albañil y realizar acabados perfectos, casi-perfectos.
Pero el albañil antes de ser lo que es, él fue un ayudante que aprendió ese arte con otro albañil más antiguo que él, que también aprendió así, y así sucesivamente, es que en la vida se va ascendiendo, así como el que lleva el equipaje del hotel termina siendo con el tiempo el Gerente del hotel sí este es un tipo emprendedor… Bueno, total que le llevó los baldes al patrón lleno de cemento, y allá el jefe empezó a tirar la mezcla con el pa’lustre y ella se pegaba como por arte de magia, y él observando como el patrón repellaba con su-avena y su pitillo la pared que iba cambiado su forma y se iba llenando de estética, así que tiró toda la mezcla y mandó a hacer un poco más para que el trabajo quedara uno “A”, es decir: de primera; es que viendo se aprende dice el dicho, que es un dicho muy sabio.
Y le daba con la llana después, para allanar, pero antes le pasó una regla para emparejarla, una regla que es más bien una espiga de aluminio, es que la experiencia enseña algunas mañas, porque como dicen por ahí: “La experiencia no se improvisa”, bueno tú improvisas con el tiempo y corres el riesgo de cometer muchos errores, y de esos errores tú aprendes después a no equivocarte, por eso es que la vida es un curso, una carrera, y por eso existen los axiomas, porque es algo que se repite y repite.
Pero no crean que eso fue así no más, también mientras se trabaja se dialoga, iban dialogando, hablando de política y de politiquería, de maricas, de dobles filos (bisexuales), de mujeres cachonas, de maridos cachones, de drogadictos, el que se fumó cincuenta lucas en un día, porque se compró cincuenta papeletas de patracea’o, que con anterioridad fue el ayudante de aquél albañil, y le pagó y el man volvió cenizas ese dinero, ¡qué vaina jodida! Y después de haberse fumado el billete fue a fiar en la tienda, manda huevo ese man, la droga los absorbe, pero para dejarla hay que tener voluntad, sin voluntad y querer no hay despertar, y se sigue en ese mundo oscuro que con el tiempo los mata, sí, a punta de patracea’o. Por eso el albañil se consiguió otro ayudante, pero no es que al ayudante le guste el chisme, sino que el albañil es gay y habla más mondá que el carajos, y la palabra “mondá” es la que más pronuncia, es una grabadora o emisora hablando, bla-bla-bla-bla-bla. Ja, Ja, Ja, quién se puede imaginar un gay que sea albañil, bueno, los manes existen, y tira pala, y concreto y el man es bueno en lo suyo, para qué, definitivamente se tira bastante caja (Es decir: risa).
Total que terminaron el trabajo de ese día, con la piel bastante quemada por el sol, es que la platica (dinero) hay que sudarla, si no se suda no se gana, sin embargo cuando te dan el billete te dan ganas de volver a ir a trabajar, porque así puedes tener algo en el bolsillo, y ya no es como antes que no tenías ni para el tinto, aunque llegan días que no tienes para el tinto, porque el billete se acaba, ya que vives de tu trabajo, de un salario, no eres capitalista y lo que ganas no te alcanza para invertir, a menos que realices una vuelta rara, pero mis respetos para los que se ganan la vida como ayudantes y luego trascienden… Y bueno, ese ayudante era yo, y como a mí me gusta aprovechar el tiempo, me dio la imaginación para escribir esta mondá.
El Escribidor de La Loma del Diamante...
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