6 de junio de 2017 Fulano y Mengano esperaban un taxi, era de noche, hasta que llegó al azar ese vehículo amarillo: "Por favor, sería tan amable de llevarnos a equis lugar". "¡Claro mi hermano, usted ordena y yo me arrastro", así dijo el taxista. Luego de una trayectoria de tres minutos, pasaron por la Iglesia Ríos de Vida, esa que manipula Arrázola, y se dio la siguiente conversación: Fulano: ¡Qué montón de gente! ¿Cómo hace ese señor para convencer a tanta gente? Mengano: Así es. Taxista: Erda