El Poeta... Ella leía sus cartas, las cartas del poeta. Suspiraba y suspiraba con pasión. Aquellas letras románticas le impregnaban el corazón. Cada verso, cada palabra la flechaba. Pero había un problema. Ella era casada. Estaba casada con un hombre frío. Frío como el hielo. Helado como Plutón. Plutón explotó por su frialdad. El poeta la llenaba. Llenaba su ser. Le hacía el amor con las palabras. Las cartas iban con un chocolate de ñapa. Y entonces él le decía: “Este dulce chocolate es para qu